En octubre del año pasado, el informe del Observatorio del sector lácteo publicado por las Industrias lácteas españolas se quejaba de la falta de competitividad de su sector por los altos precios pagados a los ganaderos españoles en comparación con el resto de Europa y por la presión que recibían de las grandes cadenas de supermercados para ajustar unos precios de venta al público que consideraban “reclamos”. 

No ha pasado medio año desde aquellas declaraciones de la patronal láctea y los ganaderos españoles ya cobran -como viene siendo habitual- mucho menos que sus colegas europeos. Por si esto no fuera poco, la leche se mantiene en los mismos precios en los lineales, es decir, 35 céntimos más cara que hace tan sólo cuatro años. Todo esto supone que el margen de industria y distribución en nuestro país supera los 45 céntimos por cada litro de leche que llega a los lineales. 

Cuando de bajar los precios a los ganaderos se trata, otro de los grandes recursos de industria y distribución es la bajada de consumo de productos lácteos y cuando no es eso, el recurso se eleva a la bajada de consumo de productos nacionales frente a las importaciones con precios de saldo.  

Todo lo anterior parece no tener sentido en este momento de intensa negociaciones sobre los contratos lácteos en nuestro país. La leche tiene que subir de precio y superar los cincuenta céntimos por litro porque todas aquellas disculpas han quedado en eso, en meras disculpas para seguir agrandando las cuentas de resultados de unas industrias y unas distribuidoras que, año tras año, arrojan cifras de vértigo en sus cuentas de resultados. 

Esta primavera el precio de la leche en el campo tiene que ser mayor porque ya estamos muy por debajo de los precios registrados en nuestro entorno. La leche también tiene que subir porque la producción tanto nacional como en los países de los que traemos ese 25% de productos lácteos que nos faltan está bajando. La leche tiene que subir porque el consumo sube entre los consumidores españoles. Por último, los costes de producción de los ganaderos han vuelto a subir y aunque no llegan a los niveles de 2022 empiezan a hacer mella en las rentabilidades de las explotaciones. 

Este mes de marzo será clave para determinar los precios de todo el año en el sector y no cabe duda de que o las industrias se vuelven a invitar otro discurso o, siguiendo sus propias palabras de hace unos meses, el precio de la leche en España tiene que subir aunque sea primavera. 

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