El discurso de industria, distribución y Administración parecen haber cambiado durante las últimas semanas en lo que al sector del vacuno de leche se refiere. Las cifras, las estadísticas y, más importante aún, el sentido común les han hecho abandonar todas las mentiras que desde que comenzara la pandemia se les habían ido ocurriendo. Ahora parece que dan la razón a los ganaderos que amenazan con provocar la desaparición del sector porque la situación a la que les abocan les obliga a cerrar sus explotaciones. Otra cosa bien distinta, eso sí, es que hagan algo para remediarlo excepto esperar a que pase el tren.

El año pasado parecía que el mundo del consumo de lácteos se iba a acabar con la pandemia y los ganaderos de este país asumieron responsablemente que la inestabilidad del mercado no permitía subir el precio de venta. Los datos, sin embargo, demostraron lo contrario y el coronavirus lo que trajo es un mayor nivel de consumo de leche y derivados lácteos. 

En el mes de octubre comenzó la vertiginosa subida de los precios de la soja y el maíz en los mercados internacionales. La industria esta vez se enrocó en que la situación era puntual y nadie tuvo a bien recoger el encarecimiento de las materias primas en los contratos. Ahora, nueve meses después, la subida de las materias primas se ha consolidado y está claro que viene para quedarse. 

Cuando la leche bajó en Europa porque Francia, Irlanda y Alemania no podían vender a China aquí todos se apuntaron al cuento de que “esto se va a acabar” pero ahora que el precio sube porque el gigante asiático ha vuelto a abrir el grifo de las compras el tema ya no le interesa a nadie. 

Industria y distribución se han hartado a presentar cuentas de resultados “históricamente positivas” para atraer inversores pero cuando los ganaderos preguntan “por lo suyo” vuelven a decir que no pueden subir el precio porque “vete tú a saber” lo que pasa el año que viene. 

El Gobierno, por su parte, prometió un estudio de Costes de Producción para poder cumplir con la Ley que él mismo redactó para evitar que se venda por debajo de precio de coste. La respuesta fue la misma -curiosamente- que la de industria y distribución; vamos a esperar un poco a ver si ya han firmado sus contratos todos los ganaderos y aunque haya informe ya no servirá de nada. 

Ya no vale esperar a que las cosas cambien ni que todos den la razón a los ganaderos como a los tontos. Seguro que en algún momento el mercado vuelve a bajar pero, si históricamente la industria ha abusado de los ganaderos, lo de los dos últimos años es intolerable porque es que, además, te dan la razón. Luego que ninguno venga a preguntar por qué se murió la gallina de los huevos de oro.