El director de la patronal propone que las industrias aumenten su competitividad reduciendo la rentabilidad de los ganaderos

 

FeNIL (Federación Nacional de Industrias Lácteas) vuelve a provocar la indignación entre los ganaderos en el momento más inoportuno. Las irresponsables declaraciones de su director general, Luis Calabozo, vuelven a caer como un jarro de agua fría justo cuando la industria ha bajado el precio de la leche cruda en diez céntimos y son cientos las explotaciones grandes y pequeñas que han tirado la toalla hartos de la inestabilidad y el temor a nuevas bajadas.

Luis Calabozo esboza sin pudor en una entrevista en Efeagro lo que, a su juicio, pasará en el sector lácteo español en 2024. Calabozo, lejos de hacer la más mínima autocrítica o reconocer que el sector productor se está descapitalizando ante los vaivenes que sus políticas imponen en el campo se atreve a decir que para mejorar la competitividad de sus asociados la solución pasa por rebajar el precio de la leche que pagan a los ganaderos. 

Parece que la única vía que se les ocurre para mejorar la competitividad de los socios de la FeNIL es bajar el precio a los ganaderos y que ni se les ha ocurrido que a lo mejor o ellos no son tan eficientes o que la distribución tiene que asumir que una cadena productiva es viable siempre y cuando ganen todos. Si para que la leche sea rentable en España tienen que perder dinero los ganaderos a lo mejor es que no se puede seguir con el negocio y las industrias tienen que cerrar.  

Calabozo llega a amenazar con la entrada en España de briks de leche líquida procedente del norte de Europa sin advertir que ni con el diferencial actual sería posible asumir los costes logísticos y, lo que es más grave, sin reparar en que España sólo lleva unos meses con precios por encima de la media europea. Es irritante que a la FeNIL nunca le interesó tener en cuenta este asunto durante las décadas en las que los ganaderos españoles tenían que vender su producción muy por debajo de los precios pagados en Europa. Tampoco explica Calabozo que en el resto de Europa la leche líquida lleva años costando más de un euro por brick mientras que en España hemos estado treinta años pagando poco mas de 50 céntimos y que, mientras tanto, los únicos que han tenido que cerrar sus explotaciones han sido los ganaderos. .  

El director de la FeNIL también se sorprende de que pese a la subida de precios en España se produzca cada vez menos leche. En este sentido olvida intencionadamente que hasta octubre el precio que sus industrias pagaban a los ganaderos estaba por debajo de los costes de producción y que condenaron al cierre a cientos de explotaciones. El precio ahora es más alto pero eso no quiere decir que sea suficiente y de eso, sin duda, no se ha acordado. 

Tampoco se acuerda en sus declaraciones de que los países a los que ahora hace referencia llegaron a tener precios de la leche cruda por encima de los 67 céntimos y que, ahora después de tocar fondo, están experimentando una importante recuperación de los precios tanto en Europa como en el resto del mundo. 

FeNIL también afirma que no han podido repercutir la subida del precio de la leche en el campo a la distribución y que son ellos los que están haciendo de “colchón” sin reparar en que en los últimos seis meses los ganaderos han visto rebajado el precio en diez céntimos por litro y que el precio en los lineales permanece estable desde hace casi un año. 

Según Calabozo hacer de “colchón” entre eslabones les ha restado “músculo financiero” y que sólo podrán recuperarlo si “el precio de la leche al ganadero empieza a aproximarse al del resto de Europa”. Es decir, la clave de su rentabilidad pasa por devolver al sector productor a las pérdidas. 

Las industrias dicen que si España “no se ajusta a los precios normales europeos, seguiremos sufriendo en competitividad” y aquí cabría preguntarse si seguirán pensando lo mismo cuando en el norte de Europa vuelvan a subir los precios. La experiencia dice que la industria láctea española en esos casos tiene mala memoria y no sigue el mismo criterio que ahora pretenden y, de hecho, imponen. 

Razón lleva Calabozo al afirmar que la leche lleva camino de abandonar su condición de producto reclamo en los lineales de los supermercados. Pero es paradójico que lo reconozca ahora después del cierre de la mitad de las granjas lecheras en nuestro país.

En definitiva, la industria láctea española parece no tener capacidad para mejorar su competitividad si no es a costa de la rentabilidad de los ganaderos. Aquí bien vale la frase no utilizada por Calabozo en la entrevista de Efeagro pero que las industrias repiten a diario y machaconamente “es que los ganaderos ganan dinero” como si eso fuera algo a erradicar y por lo que el sector debiera pedir perdón.

Fuente: AGAPROL – EFEAGRO