El consumo aparente de leche y productos lácteos continúa creciendo en nuestro país. En 2024 el aumento fue del 2,6% según los últimos datos hechos públicos por el ministerio de Agricultura. 

Esta nueva variación, que elevó la cifra del consumo hasta las 10.858.485 toneladas, pone de manifiesto que el consumidor continúa apostando por el consumo de productos lácteos y que las industrias transformadoras en nuestro país siguen teniendo trabajo de sobra. De hecho, las inversiones hechas públicas por empresas nacionales y multinacionales en España lo ponen de manifiesto. El interés por el sector lácteo es una realidad. 

El desglose del origen de las toneladas de leche con las que se hizo frente en 2024 a esa demanda del público merecen, por su parte, un análisis independiente. El año pasado las importaciones crecieron en España un 4,9% mientras que las exportaciones se redujeron en 1,6%. Es decir, el consumo de leche de origen nacional se mantuvo e, incluso, aumentó un ligero 1,4% pese a que en el cómputo general su aportación se redujo en un 1%. 

En el año 2024, los bajos precios de los quesos procedentes de países como Alemania u Holanda jugaron un papel fundamental en nuestro mercado interior. Los “excedentes” del norte de Europa inundaron nuestro mercado durante los meses en los que los productores europeos cobraron por su producción por debajo de lo percibido por los ganaderos españoles. 

Pues bien, ese oasis en las estadísticas de los precios europeos y españoles ha vuelto, desgraciadamente, a lo que el sector ya está acostumbrado en España y, en 2025, el diferencial de precios entre Europa y nuestro país vuelve a ser negativo para nuestros ganaderos. Mientras en Europa se pagan 53,49 €/100 Kg. en España se pagan 48,06 €/100 Kg. Las cifras demuestran que todavía queda mucho margen de subida para el precio de la leche en España sin que se corra el riesgo de una “nueva invasión quesera” de excedentes europeos. 

Las industrias lácteas pueden seguir aprovechando para hacer caja o entender, de una vez por todas, que sin la leche de las explotaciones que tienen a la puerta de casa no pueden producir. En definitiva, el sector lácteo está compuesto por una serie de eslabones que no pueden vivir los unos sin los otros. Ahora hay margen para que todos tengan fuerza o jugársela a debilitar tanto al del sector productor que el sistema pueda acabar saltando por los aires. 

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