La Federación de Industrias Lácteas (Fenil) pone estos días el grito en el cielo ante las más que probables previsiones de que falte leche en el campo. Es sorprendente atender a estas declaraciones acompañadas de sorpresa por parte de los responsables de la industria láctea de nuestro país que, ademas, aseguran no entender lo que sucede cuando los precios han sido altos durante unos meses. 

No estaría de más recordar a la industria de nuestro país que, ahora mismo, nuestros precios vuelven a estar muy por debajo de la media europea y que aunque los ganaderos españoles hayan cobrado unos céntimos más que sus colegas europeos durante un breve espacio de tiempo, las estadísticas están ahí y los ganaderos españoles han cobrado y cobran mucho menos que en Europa. Puede que en todo esto es donde deban empezar a buscar explicaciones a la situación actual. 

Tampoco estaría de más recordar cómo en nuestro país se ha llevado tradicionalmente a los productores a situaciones límite como las vividas antes del año 2022, cuando los precios pagados estaban muy por debajo de los costes de producción y todo el mundo -industrias incluidas- sabía de la situación. Años sin capacidad de negociación y ajustes de precios abanderados por aquello de “con esto salvas” que no sólo han minado económicamente a los ganaderos sino que, además, han descapitalizado humanamente el sector. Una descapitalización económica y humana de un sector que ya no se cree nada y que por mucho que le ofrezcan ha sufrido tanto que difícilmente puede recobrar la confianza en que vivir de su profesión sea realmente posible. 

Unas industrias que ahora llaman a todas las puertas para intentar evitar lo que su propia irresponsabilidad de décadas ha provocado. Piden legislación que favorezca a los productores y excepciones fiscales para ellos porque ven las orejas al lobo y temen quedarse sin leche para procesar. Esa advertencia ya se hizo hace mucho tiempo pero nadie hizo caso. Cuando los ganaderos ganaban dinero con la leche a 60 céntimos las industrias decían que había que bajar no porque fuera insostenible sino porque en las explotaciones “se ganaba mucho”. Después de tantos años escuchando lo mismo, viendo cómo las industrias ganaban y ganan dinero parece mentira tener que escuchar que quienes generaron esa situación por su actitud irresponsable sean quienes reclamen atención para, según sus palabras, salvar un sector que ellas mismas han llevado a esta situación. Lo dicho, de aquellos polvos, estos lodos. 

Resumen de privacidad

Utilizamos cookies propias y de terceros para fines analíticos y para mostrarte publicidad personalizada en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación (por ejemplo, páginas visitadas).