El sector lácteo español está acostumbrado a negociar con un producto perecedero entre sus manos. Eso lo saben ganaderos e industrias que renovación de contrato tras renovación de contrato lácteo intentan hacer valer su situación para mejorar sus condiciones de compra o de venta. 

Durante las últimas semanas hemos visto cómo las industrias lácteas intentan recuperar los viejos contratos indexados a precio FEGA en un intento por aplanar el mercado a través de la autoreferenciación de precios. A ésta práctica se suma ahora una última estrategia de comunicación dando a conocer a todo el que lo quiera oír que las ofertas para los contratos que vencen el 31 de marzo son bajas, muy bajas y en el mejor de los casos repiten precio con respecto al periodo anterior. 

La negociación que oficialmente se inicio el pasado 1 de febrero con la obligada oferta de contrato a los ganaderos por parte de las industrias será, probablemente, la de mayor volumen de todo el año. Con la primavera al alcance de la mano el número de grandes industrias que se han concitado para renovar contratos es enorme después de años en los que cada uno había elegido su camino en lo que a las duraciones de contratos se refiere. Ahora vemos cómo durante el próximo mes y medio todas las industrias se mirarán de reojo para no pagar un céntimo más que su competidor pero sin renunciar a ni un litro de leche. 

Colocar en las conversaciones la idea de repetir o, incluso, de bajar no deja de ser una estrategia para que a los ganaderos les entre el miedo en el cuerpo y florezca el “vete tú a saber”. Vete tú a saber si me dejan la leche o si por no aceptar lo que me dicen luego es peor. Ese es el escenario al que el sector atiende una vez más parece ser que sin recordar que la primera propuesta no deja de ser eso, una primera propuesta. La negociación real comenzará dentro de quince días y en ese momento será en el que habrá que poner sobre la mesa lo que está ocurriendo con la leche y sus derivados a nivel europeo y mundial. Ese será el momento de poner sobre la mesa el importante incremento que en los últimos años se ha asentado entre el precio que se paga a los ganaderos por la leche y lo que los consumidores pagan en el PVP. Será también el momento de recordar que el consumo sigue creciendo y que los quesos alemanes a bajo precio con los que nos han inundado durante los dos últimos años parecen tener sus horas contadas teniendo en cuenta que en Europa se pagan 539 €/1000 Kg y en España 478 €/1000 Kg. 

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