El campo en Europa y en España ha dicho basta. Las tractoradas en Francia o Polonia no han tardado en llegar a nuestro país porque los problemas que sufrimos a uno y otro lado de los Pirineos y de donde ustedes quieran en este continente son los mismos. En primer lugar las normativas hechas al albur de las modas y en segundo lugar la total desconexión del mundo rural y urbano en nuestra querida Unión Europea.
Poco ha importado que las convocatorias fueran de organizaciones agrarias, espontáneas o medio pensionistas, cuando los agricultores han visto la posibilidad de expresarse alto y claro han salido a la calle porque llevan años callados y aguantando. La cosa no es de los unos o de los otros es de que si no se hace algo de inmediato el sector primario y el mundo rural languidecerán de forma irremediable.
La respuesta es para estar orgullosos porque, por una vez y todos a una, el campo ha salido a la calle en defensa de sus intereses que, para más Inri y no debemos olvidarlo, son los intereses de todos independientemente de que vivan en una gran cuidad o en un pueblo perdido de la mano de Dios.
Tras el éxito, sin embargo, ha de bajarse al terreno de la realidad y concretar aquello por lo que se lucha. Las proclamas antimedioambientalistas y los eslóganes de pancarta no servirán si lo que queremos es una solución real a los problemas de agricultores y ganaderos. La Unión Europea ha respondido a la presión aplazando la normativa sobre prohibición de herbicidas. Esta medida que puede parecer un éxito no deja de ser un parche que no evitará que productos perjudiciales para la salud sigan entrando en nuestro mercado a más bajo precio que los nuestros. La clave no está en que nos dejen hacer lo que queramos y sin control sino en que todos los que quieran vender aquí tengan que cumplir las mismas normas que nosotros cuando producimos. La solución es fácil.
La que fue tan cacareada Ley de la Cadena Alimentaria sigue sin cumplirse e industria y distribución siguen apretando e imponiendo los precios que a ellos y a un Gobierno más preocupado por la inflación que por el campo les convienen. Que suban las multas a las industrias que incumplen y a la distribución que monopoliza. A lo mejor no hacía falta tanta teoría frentista sino que alguien haga cumplir con lo que ya tenemos.