Industria y distribución llevan meses negando la mayor y diciendo que los precios que pagan a los ganaderos son los que el mercado requiere. Ni la evolución a nivel europeo ni mundial de los precios de la leche y, menos aún, el consumo respaldan la teoría de la responsabilidad del mercado. 

España es un país deficitario y si queremos traer leche de nuestros vecino europeos tendremos que pagar más por ella de lo que ahora mismo cobran los ganaderos de nuestro país. 

Las ganaderías que tienen que cerrar sus puertas cada año son casi mil y las que quedan tienen pérdidas y se mantienen gracias al esfuerzo de las familias de los ganaderos, el apego al medio rural y la tradición. 

El mercado -como afirman industria y distribución- apunta a que en breve en este país no quedarán ganaderos y habrá que traer la leche de fuera a precios superiores a los actuales. 

Los pagadores actuales de los beneficios de empresas como Lactalis o Mercadona son a fecha de hoy los ganaderos de vacuno de leche pero el mercado avisa; en cuanto deje de haber leche en España quienes pagarán la subida de los precios serán los consumidores. O a caso alguien se cree que ¿industria y distribución van a renunciar a su margen de beneficios para que los niños desayunen leche de calidad a un precio razonable?

Depredadores del sistema que, tarde o temprano, dirán que hay que ir a cazar a otro territorio pero que las balas se las paguen los de siempre; ganaderos y consumidores.