No es nuevo pero no deja de ser indignante. La Federación Nacional de Industrias Lácteas FeNIL vuelve a la carga reclamando una mejora de su competitividad a costa de la rentabilidad de los ganaderos. 

Las industrias lácteas en esta ocasión hacen estas declaraciones amenazando con una hipotética entrada de leche brick desde los países del norte de Europa. Lo más terrible de todo es que esta advertencia podría llegar a ser cierta si desde la industria se continúa imponiendo una política de precios a la baja para la leche cruda. Ni la FeNIL ni sus asociados advierten que más que precios bajos lo que necesitan es leche. Al paso que vamos ni cara, ni barata, simplemente no habrá leche para transformar y entonces sí podrá entrar leche del norte de Europa y de allá donde la haya porque la demanda seguirá existiendo. 

Calabozo en su entrevista reconoce que la leche por fin ha dejado de ser un producto reclamo para la distribución. El precio en los lineales ha puesto casi donde se merece el trabajo realizado por los ganaderos y las industrias que transforman su producción. Lo que no dice la FeNIL es que esa utilización como producto reclamo ha sido responsabilidad de la distribución con la anuencia de una industria que cuando faltaba dinero para cuadrar las cuentas simplemente se aprovechaba del eslabón más débil, el productor. Con un producto perecedero como es la leche el margen que tiene un ganadero es prácticamente inexistente. 

Las irresponsables declaraciones de la patronal láctea se producen, además, mientras siguen empujando los precios hacia abajo artificialmente. La rentabilidad de las explotaciones se pone en jaque y más aún si se tiene en cuenta el objetivo de bajar aún más la leche de cara a la primavera. No es que entonces haya mas producción y lógicamente bajen los precios por el principio de estacionalidad del sector sino que hacen caso omiso a lo que el mercado dice a su alrededor. El precio es y será un factor clave pero la producción a estas alturas debería de ser igual o más importante. 

Todo esto lo hacen a sabiendas de las previsiones de precios a futuros a nivel europeo y mundial. Todo esto lo dicen sabiendo que la mantequilla ha vuelto a dispararse, todo esto lo dicen sabiendo que en el norte de Europa la producción está descendiendo vertiginosamente y lo está haciendo porque a los precios actuales no pueden producir ni los alemanes. Y después de todo esto viene lo peor. Las industrias están cerrando contratos con bajadas a sabiendas de que en España la producción continuará cayendo. Saben que en tres meses muchos ganaderos habrán cerrado y faltará leche pero parece importarles más engrosar los beneficios del último trimestre que poder seguir transformando más allá de la primavera.