Industria y distribución se afanan estos días en responsabilizar al precio de la leche en las granjas de la subida del PVP en los lineales de los supermercados. Sin embargo, la cuenta es clara, ellos han subido el precio al consumidor 10 céntimos por litro más de lo que ahora están pagando a los ganaderos. 

Es lógico pensar que ese diferencial se justifica con el incremento de costes sufrido en la fabricación y logística que soportan pero mientras los ganaderos venían de soportar pérdidas durante dos años tanto industria como distribución ganaban dinero con los precios de venta al público. 

Mientras unos piden no perder, otros quieren ganar aún mas.