La subida de precios de los proveedores de Mercadona y la decisión de esta última y de Carrefour subir el precio en los lineales de sus supermercados es totalmente insuficiente para cubrir los costes de producción de los ganaderos de leche de este país. Esas decisiones, sin embargo, han de servir para que todas las industrias lácteas y el resto de la distribución inicien un proceso de reconocimiento del trabajo de los ganaderos y la situación de quiebra a la que la subida de la alimentación animal les ha llevado.
Que Carrefour, Mercadona y sus inerproveedores hayan decidido subir el precio no es suficiente porque aún controlando mas del 40% de la leche líquida todavía son muchos los que no han dado su brazo a torcer y se niegan a reconocer que pagan por debajo de los costes de producción.
Lactalis sigue siendo la empresa con más recogida en nuestro país y distribuidoras como Lidl, Día o Aldi y los supermercados regionales suman una importante cuota de mercado tan grande o más que la todopoderosa empresa de Juan Roig.
El trabajo de las Organizaciones de Productores Lácteos como Agaprol, las movilizaciones de organizaciones agrarias o cooperativas y el grito de miles de productores individuales tiene que continuar adelante y no dejarse embaucar por cantos de sirena. Ni la subida de Mercadona y Carrefour es suficiente y menos aún lo es la negativa de Lactalis y otras industrias a negociar.
Si estos auténticos monstruos de la industria o la distribución no mueven ficha, el resto de pequeños transformadores y distribuidores regionales tampoco lo harán.
El sector se juega estos meses su futuro y ese juego no se resuelve con una nota de prensa o con un anuncio en la televisión en el que vuelvan a salir ganaderos poniendo música a sus vacas. La única solución es la renegociación de los contratos y la firma de unos nuevos que garanticen un precio digno a los ganaderos.
El precio que industria y distribución estén dispuestos a pagar en los próximos meses será una solución a la crisis actual pero el sector tiene que unirse en busca del cumplimiento de la Ley y no sólo en un precio concreto. Llegar a los 37,15€ en septiembre puede ser suficiente pero lo importante es que los mecanismos de negociación funcionen para en el futuro evitar situaciones como la actual.