El vacuno de leche se juega durante las próximas semanas su “ser o no ser” particular. La mayor parte de la industrias preparan ya estos días sus estrategias de negociación y calculan a cuánto van a ascender las subidas que previsiblemente ofrezcan aquellas que más leche recogen mientras las otras esperan para ponerse a rebufo de ellas y no salirse del guión que tienen preestablecido. 

Esa situación es de todos conocida pero también es cierto que la nueva legislación y, sobre todo, el desorbitado encarecimiento de las materias primas va a poner difícil a cualquier industria láctea de este país -por muy grande que sea- seguir aplastando la realidad a su antojo. Todo ello va a convertir la próxima negociación de contratos en una de las mas importantes de la historia en España. 

Los contratos se tendrán que firmar pero el sector ha de permanecer unido y, desde luego, negociar hasta el último minuto que concede la legislación. Las industrias necesitan más leche que nunca y saben que si no andan listas pueden quedarse sin la leche de esos ganaderos a los que ahora desprecian con precios por debajo de sus costes de producción. 

Todas las industrias intentarán tanto mantener contenidos los precios como “atar” ganaderos ante el riesgo cierto de que el próximo año vaya a faltar leche tras laa avalancha de cierres que ellos mismos han provocado. 

El ministerio de Agricultura, además, tendrá que empezar a dar explicaciones sobre lo que está dispuesto a hacer para que se cumplan las leyes que ellos mismos confeccionan. Hasta ahora se limitaban -para escarnio público- a escribir sobre un papel que los ganaderos de este país llevan 10 meses cobrando la leche muy por debajo de sus costes de producción pero es que a partir del mes que viene eso será delito porque la venta a pérdidas estará prohibida. 

La negociación que se avecina tendrá que dar solución a la crisis coyuntural que la subida de precios ha provocado desde el inicio de la subida de las materias primas pero, sobre todo, ha de asentar las bases para que en el futuro inmediato esa situación de desamparo no pueda volver a producirse. 

El tiempo que resta hasta firmar los contratos es esencial y, desgraciadamente, muchos ganaderos se quedarán por el camino pero, desde luego, será el momento clave para decidir lo que será el vacuno de leche en este país a partir de ahora y para mucho tiempo. Las cartas están echadas, habrá que jugarlas.