Las últimas semanas están sirviendo para ver cómo industrias lácteas y distribución hacen públicas sus cuentas de resultados correspondientes al ejercicio 2020. Ese año maldito por la pandemia de Covid-19 nos hizo sufrir a todos pero parece que los números de las grandes compañías no sólo no se han resentido sino que están arrojando datos históricos.
Que los eslabones de la cadena alimentaria registren beneficios debería ser una buena noticia para todos y vaya por delante la enhorabuena a todos cuantos han conseguido superar con éxito este dramático temporal.
La historia, sin embargo, no sería completa sin hacer un llamamiento alto y claro sobre la situación que sufren las 11.900 granjas de vacuno de leche que todavía sobreviven en nuestro país. Si todos los eslabones de la cadena, en su parte superior, registran datos estratosféricos para sus accionistas no parece tener mucho sentido que el año pasado la situación se llevara por delante casi mil granjas en nuestro país. Esos cierres son debidos a la falta de rentabilidad para los productores mientras quienes comercian y venden su leche no sólo se mantienen sino que mejoran sus guarismos hasta niveles históricos.
En ese escenario en el que unos registran los mayores beneficios que se recuerdan, otros se ven obligados a cerrar porque no les da para comer de su trabajo. Ese escenario no es una imaginación de los ganaderos sino que se comprueba semana tras semana cuando las grandes empresas nos apabullan con notas de prensa y espectaculares presentaciones sobre sus magníficas cuentas de resultados.
Resulta paradójico que desde el ministerio de Agricultura todavía no se haya hecho público el estudio de la Cadena de Valor de la Leche o de “perdidas de los ganaderos”, como ustedes prefieran. No es que haya dudas sobre si industria y distribución están presionando al Observatorio de la Cadena, es que 11.900 ganaderos no han dispuesto de esta herramienta que bien podría haber servido para arrojar luz sobre la forma en la que unos ganan tanto dinero y otros tienen que cerrar sus negocios.
